TZOMPANTLI



Los mexicas sacrificaban a sus enemigos con la idea de que su fuerza vital revertiera a los dioses que mantenían con vida el cosmos. La imagen más arquetípica de todo esto fue quizás el tzompantli, el muro de cráneos. Este trabajo se basa en esa iconografía, aunque no para liberar la vida de los sacrificados, sino para liberar la imaginación que han capturado y que vuelva a la gente. ¿La imaginación? La capacidad para poder imaginar que es posible un mundo y una realidad mejor.

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